En la región de Antofagasta, el 7,5% de los hogares presenta condiciones de hacinamiento, lo que incrementa las posibilidades de conflictos internos.
La violencia intrafamiliar suele estar asociada a factores de riesgo como el consumo de alcohol, la drogadicción, el desempleo y las tensiones económicas.
Estos factores no justifican la violencia intrafamiliar, pero sí ayudan a entender dónde es más probable que se manifieste. Identificar las condiciones de riesgo permite activar redes de apoyo y prevención antes de que el problema escale.
La lucha contra las adicciones en Antofagasta no es solo una tarea de las instituciones de salud, sino un compromiso que debe involucrar a la industria, la comunidad educativa y a la sociedad en su conjunto para poder revertir estas preocupantes cifras.